En el cosmos, en el origen de la vida, de la creación del todo, donde todo es energía, a nosotros nos ha tocado vivir en la Vía Láctea, en ella podemos encontrar el sistema solas que cuenta con un pequeño –viéndolo del punto de los astros que existen en el universo- punto amarillo, el sol. Es el centro del sistema, donde giran los planetas que absorben el calor que emana –algunos reciben poco-, les da esa energía que al final de cuenta llega a caracterizar a los distintos planetas.
El planeta tierra, lleno de vida, después de largas desastres naturales que fueron moldeando sus terrenos y planicies; las múltiples evoluciones que ha pasado en el hombre; las guerras que ha sufrido; los avances tecnológicos que se han desarrollado para el beneficio de la humanidad, entre esos beneficios podemos encontrar las energías fósiles, que sin duda, son un gran avance en todos los sentidos de la historia de la ciencia y de los individuos, pero también, la sobre explotación de esos recursos no ha llevado a la escases que se genera y perjudicial para la naturaleza.
El sol con su gran cantidad de energía que puede aportar, una energía limpia nos permitiría tener esa fuente necesaria, para sustentar el uso de los equipos que requieran tal energía para su funcionamiento, además los costos bajos que puede generar por la diferencia de producción respecto al petróleo. Plantas solares para abastecer ciudades con la energía del astro rey pueden solventar problemas en cualquier parte del mundo, se imagina lugares de pocos recursos como África y con el calor que pude existir en esa zona, una inversión en ese lugar – claro, costosa- por medio de diferentes asociaciones o empresas podría dar un gran apoyo, aprovechar el calor del sol, socializar con otros pueblos y proteger la naturaleza.
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